Siguiendo con mi afición por los musicales y con mi intención de ver el máximo número de ellos posibles, esta vez tocó el de Pretty Woman. Esta adaptación de la película me ha gustado bastante más que la propia película en sí. Creo que lo que puede llegar a transmitir un musical bien hecho no es comparable con casi ningún otro tipo de espectáculo.
Tampoco es que yo fuera de esas personas a las que les encanta Pretty Woman y la tienen puesta en un pedestal, para mi siempre ha sido una de esas películas que te ves un domingo por la tarde para pasar el rato, pero que no repetiría muchas veces, como sí que lo hace mucha gente. De hecho me parece que tampoco es tan romántica como la pintan, en parte por Richard Gere que no puede ser menos expresivo, en mi opinión. Por eso pensaba que el musical sería una buena forma de pasar el rato pero no tenía las expectativas muy altas ya que la historia ya la conocía.
Desde que empezó la actuación ya sabía que sería uno de los raros casos en los que esta supera a la versión cinematográfica. El reparto tenía unas voces increíbles, la historia estaba contada de manera muy fiel a la realidad pero con pequeñas modificaciones que la hicieron mucho mejor y más actual, la historia transmitía un mensaje muy bonito, que nunca tienes que dejar de soñar y luchar por tus sueños, en vez de quedarte esperando a ver si tienes suerte y se resuelven por si mismos.
Otra cosa en la que ahora me fijo mucho más desde que sé que es una salida para algunos arquitectos es en los decorados, y este decorado tenía la capacidad de convertirse en cualquier cosa, con un simple cambio de iluminación te transmitía el ambiente de las calles de Hollywood o el hall de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad.
Madqui 